Si ya me siento afortunado de ser roteño, he de reconocer que ésta mi Barriada, me dejará marcado para el resto de mi vida, ya que han sido casi tres décadas durante las cuales ha estado mi residencia, mi familia casi al completo, mis amigos, y sin más rodeo... donde ha transcurrido mi día a día.
Tres décadas que han ido acumulando muchísimos gratos recuerdos desde que nos cambiásemos a una mejor vida, tras venirnos de
El solar de
Son gratos los recuerdos de las verbenas populares veraniegas, donde todos los vecinos, que en definitiva eran muchos amigos los que se juntaban para organizarlas, montaban su escenario para ofrecer actuaciones amenas y hacer partícipes a todos de una fiesta vecinal con la quema de Juanillos, y donde se organizaban hasta competiciones de fútbito, carreras de sacos, etc. Por tener, llegamos incluso a tener un año la feria de
Muchos recuerdos de personas que vivieron y que están en la mente de todos como Expedito el Fontanero, El Nene, El Vequio, Juan y Ana Mindundi, Sabina, Andrés el “Serranito” que estaba de conserje en el Castillo, Ramito el padre de Juan Ramos, y otros tantos que como Andrés el de las Burras, que tenía su pequeño huertecito justo en el barranco y que hicieron del Molino un lugar donde te podías reunir con buena gente y pasar un rato agradable.
Habré dejado de nombrar muchísima buena gente merecedora de ser recordada, pero no es mi intención sólo resaltar de forma particular a ciertas personas sino a todo un grupo de vecinos que con su esfuerzo supieron levantar estos terrenos hasta convertirlos en un lugar muy digno para vivir.
Quien contemple fotos de antaño, le traerá añoranza de un tiempo vivido mientras que sin darnos cuentas, han ido pasando los años y la barriada se ha ido transformando en lo que es hoy en día, y que supo superarse para pasar de ser el “lado oscuro” de la costa roteña, a ser una parte de ese “Balcón al Mar” que es nuestra querida Villa de Rota .
Muchos vecinos aún recordarán la batalla que hubo que librar para que se pudiera hacer la bajada a la playa del Chorrillo, y lo poco que duró. Ya más reciente las tiendas como la frutería de “
Y como los tiempos cambian, pues ahora son otros los proyectos que se persiguen para que este bello rincón roteño siga teniendo el encanto que tantísimo y esfuerzo ha costado levantar. ¡Rota sin su Molino, no sería lo mismo!